Este domingo y en unas fechas tan cercanas a llenar nuestras casas de juguetes, me he encontrado con un reportaje que me ha invitado a reflexionar.
No es frecuente encontrar párrafos como este:
Se niega a ‘deslocalizar’ la producción instalando plantas en Asia, como hace la competencia. «No alcanzan el nivel de calidad que exijo», se justificó al semanario Focus. Calidad. Es en lo único en lo que no escatima.
Ni esta otra:
Paradójicamente, es alérgico a despedir. Valora tanto el capital humano que se niega a recortar ahí, pese a que reconoce que sería lo fácil. «Yo he depositado mi confianza en ellos, y ellos en mí».
Y hablando de la filosofía:
¿Cuál es esa filosofía? «Nada de horror, nada de violencia, nada de tendencias que pasan de moda».
Y no digamos pensando en los niños:
«Pero no hay que fijarse en el juguete. Lo importante es lo que ocurre en la mente
del niño. El niño los ve y puede imaginarse historias
con ellos, puede montarse una película dentro de su cabeza. Ese es el secreto».
Es cierto que en el mismo reportaje, se hacen mención a circunstancias menos favorecedoras pero será cuestión de utilizar la balanza. Os dejo el enlace por si os apetece pensar
http://xlsemanal.finanzas.com/web/articulo.php?id=75898&id_edicion=6947
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